Estamos en un emplazamiento emblemático, nos encanta nuestra zona, y a miles de turistas que cada día pasean por estas calles, también. Llevamos tantos años que nos consideramos parte de la historia. Pero además de Las Bravas, hay mucha más historia concentrada entre los muros de estas sinuosas calles.

La plaza de Santa Ana, consiguió su actual aspecto tras la decisión de José I de derribar el monasterio Real de Santa Ana de Carmelitas Descalzas -que había sido fundado por San Juan de la Cruz en el año 1586-, y la manzana de casas de San Felipe Neri, creando el entorno adecuado para las construcciones modernas , ya que el espacio urbano queda casi como el actual.

En 1810 comienzan las nuevas construcciones.  El arquitecto Silvestre Pérez se encarga de erigir el palacio de los condes de Montijo y Teba sobre el terreno de las casas que fueron del Conde de Baños y de su esposa, que comprendía la actual fachada de la Puerta del Ángel,  desde Espoz y Mina a Santa, Ana, la fachada de la plaza Santa Ana hasta el callejón de Álvarez Gato y haciendo medianera con las casas que se abren en la nueva calle de Espoz y Mina, hasta el final de Álvarez Gato.

El edificio se construye en ladrillo y en estilo neomudéjar, el más utilizado en este periodo. Este palacio fue el más representativo de la vida política del siglo XIX, ya que de las dos hijas de los marqueses, Francisca sería Duquesa de Alba y Eugenia, se convertiría en emperatriz de Francia tras su matrimonio con Napoleón III.

 

Uno de los episodios más memorables vividos en aquel palacio fue la noticia en la cena de Navidad de 1874 de la próxima proclamación de Alfonso XII como rey de España.

Zonas anexas al palacio fueron utilizadas para la promoción de viviendas de la nueva clase acomodada en los últimos años de del Siglo XIX. En 1882 se realiza la edificación del actual número 6 de la plaza del Ángel por el arquitecto Isaac Rodríguez Avial. De su mano salieron también viviendas para el conde de Peñalver y para don Francisco Serrano, la actual Sede del Instituto Español de comercio exterior y el conocido consultorio infantil de la calle Espada, hoy perteneciente a la obra social Sor Rosalía Rendú.

En 1919 se construyó en el solar del Palacio de los Condes de Montijo uno de los más significativos edificios comerciales de Madrid, el Edificio Simeón. Dedicado a grandes almacenes, algunos pisos se destinaron a un hotel muy conocido por el mundo de los toros. Actualmente el edificio se ha convertido en un lujoso hotel de la cadena Meliá.

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